P.A.N de BONO

En una dinámica de acción colectiva descarrilados crea un espacio para compartir un elemento gastronómico del Valle del Cauca llamado pandebono, cuya historia en el Valle del Cauca se remonta hasta el Siglo XIX, y adquiere un carácter simbólico en el juego de intercambio provocado por un bono de tela que invitará a coser (y cocer) a los participantes.

El espacio creado, cuenta con una pequeña carpa, un pendón con la referencia histórica del pandebono, una mesa, sillas, elementos de costura (hilos, agujas, tambores, dedales, telas, etc.) y un horno, objetos todos que se ubican transitivamente en espacio abierto, es decir, en la calle. Los pandebonos son preparados por los integrantes del colectivo, con la posibilidad para quienes asistan y participen en la lunada, de involucrarse en la preparación de los panes.

Para la mezcla de los pandebonos se utilizará harina de maíz precocido de la marca Harina P.A.N., un elemento de la cocina habitual, que ha venido cobrando una multiplicidad de lecturas en el contexto de la frontera colombo-venezolana. A manera de trueque, los pandebonos serán compartidos por todos, con una invitación abierta a quienes deseen participar en una costura colectiva de bonos hechos de tela. Cada persona cose el bono en el lugar que prefiera, sobre su ropa o al lado de otros bonos que se ubicarán en el espacio.

De esta manera se irá "tejiendo" una imagen de adherencia a través de una práctica en desuso como es la costura a mano con hilo y aguja. El bono, que funcionará también como un parche, es el elemento que convoca y que une a los participantes como otros descarrilados en la dinámica social que se genera. En síntesis, mientras cocinamos pandebonos, cosemos los bonos.

Se cree que el origen del pandebono se ubica en los relatos de Edouard André, naturalista y viajero francés, quien estuvo en la Nueva Granada a mediados del Siglo XIX, recorriendo el camino entre Cali y Buenaventura. Hacia la mitad del camino, cerca de Dagua, encontró un lugar llamado El Bono, donde se tenía por costumbre, amasar y hornear un pan pequeño elaborado con maíz[1].

Se supone que dicho lugar, ubicado en el cañón del Dagua, quedaba la Hacienda El Bono, donde horneaban un pan de maíz, queso y almidón de yuca, que tuvo una gran acogida: Pan del Bono, así se llamó. Su consumo se extendió por toda la región hasta que con el paso del tiempo, el pan comenzó a llamarse pandebono, como lo conocemos hoy. Este pan era el alimento en las grandes jornadas de trabajo tanto de mercaderes y arrieros que cruzaban las fronteras entre uno y otro pueblo.


[1] Edouard André en "América Equinoccial" publicado en "América Pintoresca" (Barcelona: Montaner y Simon,1884) tomo 3, p. 704

Lunada 2014

© Colectivo Descarrilados - Valle del Cauca, Colombia
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